La Rotura de los Isquiotibiales (formados por el semitendinoso, semimembranoso y el bíceps femoral) representa una de lesiones musculares de más frecuente aparición. A causa de la rotura muscular de los Isquiotibiales, los deportistas se pierden partidos y días de entrenamiento debido a esta lesión. Mediante el siguiente artículo te ayudaremos a identificar la Rotura de Isquiotibiales, cuya lesión no deja de lado a personas que no practiquen actividad física con regularidad, conoce los síntomas y causas que sirven para el diagnóstico, y el adecuado tratamiento que te ofrece FisioClinics Barcelona.
¿Qué es una Rotura de Isquiotibiales?
Una Rotura de Isquiotibiales trata de una lesión de los músculos de la zona posterior del muslo (semitendinoso, semimembranoso, Bíceps Femoral), en donde las fibras musculares se ven separadas por un estiramiento excesivo del músculo u otras causas que discutiremos más adelante. Es necesario destacar que las también denominadas distensiones o desgarros de los isquiotibiales son comunes y de aparición dolorosa, ocurren en atletas de todo tipo, incluidos corredores, patinadores y jugadores de fútbol y baloncesto.
En el momento de la rotura la persona afectada suele notar un pinchazo o chasquido en la zona de la rotura y dolor al estirar la rodilla o al flexionar la cadera con la rodilla estirada, también notará dificultad o dolor al doblar la rodilla contra resistencia y según el grado de rotura tendrá mayor o menor dificultad al caminar.
¿Cuáles son los síntomas de Rotura de Isquiotibiales?
Una Rotura de Isquiotibiales se ve acompaña de un dolor repentino parecido a un cuchillo. El músculo afectado tiene una función limitada y ya no puede cargarse al máximo. La persona afecta ya no puede continuar con la actividad atlética que involucre los isquiotibiales. Se ve perturbado el movimiento natural.
Inmediatamente después de la lesión, puede evidenciarse una hendidura visible y palpable en el área afectada. Pero a medida que el tejido generalmente se inflama, la hendidura pronto ya no es palpable y puede aparecer un hematoma (moretón).
¿Qué causa una Lesión en los Isquiotibiales?
Una Lesión en los Isquiotibiales puede ocurrir debido a una sobrecarga repentina del músculo. Sobrecargar significa que se aplica una fuerza al músculo que es mayor que la fuerza del músculo en sí. Por lo tanto, el músculo no puede soportar esta fuerza excesiva: ocasionando el desgarre muscular.
Esto puede suceder, por ejemplo, con varios sprints largos, paradas repentinas, cambios rápidos de dirección cuando los músculos están cansados, sin entrenamiento o extremadamente estresados. Otros factores causales que podemos destacar son:
- Desequilibrio muscular.
- Falta de condición de entrenamiento.
- Falta de condición física.
- Lesiones anteriores en los isquiotibiales sin cicatrizar.
- Falta de líquidos, vitaminas, minerales y oligoelementos.
- Tomar preparados para el rápido crecimiento muscular (esteroides anabólicos).
- Fatiga y descoordinación en la contracción de los grupos musculares, por falta de trabajo funcional y propioceptivo.
Otras causas predisponentes a una Rotura de Isquiotibiales son el acortamiento muscular, especialmente de la cadena muscular posterior de nuestro cuerpo. La debilidad muscular, fundamentalmente de los isquiotibiales y musculatura estabilizadora de la zona lumbopélvica (musculatura abdominal y transverso del abdomen) y cadera (glúteo medio). También puede ocurrir que la musculatura extensora de la rodilla (cuádriceps) sea mucho más potente que la musculatura flexora (isquiotibiales) y este desequilibrio propicie la rotura de los más débiles.
¿Cómo se realiza el diagnóstico médico en caso de una Rotura de Isquiotibiales?
El diagnostico de una Rotura de Isquiotibiales se basa en la evaluación física en la cual se valora si existe la presencia de los signos y síntomas descritos anteriormente, el especialista examina el área lesionada en busca de la rotura. Evalúa si estirar y movilizar los isquiotibiales causan dolor y si el músculo ha perdido fuerza y capacidad funcional.
De ser necesario para confirmar el diagnóstico se hará uso de ultrasonido (ecografía) e imágenes de resonancia magnética en donde es posible detectar el grado de la lesión y descartar otras lesiones asociadas.